Hacer una sesión de fotos a un niño siempre se vuelve algo complicado cuando el niño es consciente y sabe lo que significa estar delante de una cámara. Por eso, el fotógrafo tiene que ser más niño aún, hacer al pequeño modelo olvidarse de la cámara, jugar, correr, saltar y tratar de captar el mejor momento de su sonrisa. Eso traté de hacer en esta sesión a esta pequña niña guatemallteca y funcionó tan bien que luego fue difícil pararla. Se puede encender el ánimo a un niño, pero qué difícil es apagarlo.
¡Comparte si te gusta!
Cámara: Nikon d90
Lente: Nikkor Vr II 18-200
Fotógrafo: Sergio Cruz