A pocos días de abandonar las tierras caribeñas os muestro una de las sesiones más bonitas que me tocó fotografiar. Con paciencia, dulzura, sonrisas y muy buena disposición conseguí ganarme a los tres niños desde el principio y eso me facilitó mucho las cosas para seguir con la sesión y no desesperarme. La clave con los niños: ‘Nunca es una sesión de fotos, es un juego, la cámara es un juguete’. Muchas veces los fotógrafos pretenden tratarlos como si fuesen adultos y eso es un grave ERROR que impacienta al fotógrafo e incomoda al pequeño.
En esta ocasión tenía un triple reto, pero fue muy fácil, aunque agotador. Siempre en constante movimiento, siempre llamando la atención con diferentes estímulos, conseguí que los niños no se aburrieran y que salieran unas fotos verdaderamente bonitas. Sus padres quedaron encantados y yo también.
¡Que las disfruten!
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Cámara: Nikon d90
Lente: Nikkor Vr II 18-200
Fotógrafo: Sergio Cruz